한국어 中国語(簡) 中国語(繁) Le français Normas de visita y acceso

Para conocer los lugares a través de su valor

Propuesta de Declaración de Valor Universal Excepcional

James Para que un bien sea inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, es necesario demostrar su importancia excepcional ("Valor Universal Excepcional") desde un punto de vista internacional y la implementación de medidas eficaces de preservación y gestión.

Valor Universal Excepcional

En las Directrices Prácticas, aprobadas por el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, se afirma que por "Valor Universal Excepcional" se entiende una significación cultural y/o un valor natural tan excepcional que trasciende las fronteras nacionales y reviste una importancia común para las generaciones presentes y futuras de toda la humanidad.

Los “Sitios Cristianos Ocultos en la Región de Nagasaki”, son un testimonio único de la historia de los pueblos y sus comunidades que transmitieron en secreto su fe en el Cristianismo durante la época de la prohibición, que abarcó más de dos siglos en Japón, desde el siglo XVII hasta el siglo XIX. Situada en zonas muy remotas, incluyendo pequeñas islas en el extremo occidental de Japón, estos lugares representan la forma en que las comunidades cristianas sobrevivieron en medio de la sociedad convencional y sus religiones, transformando gradualmente y, en última instancia, poniendo fin a sus tradiciones religiosas y siendo asimiladas en la sociedad moderna después de que se levantara la prohibición.
Estos bienes constan de 12 componentes situados en la región más occidental japonesa de Nagasaki, que se encuentra en el extremo oriental de la zona de Asia en la que se introdujo el Cristianismo durante la Era de las Exploraciones. Dado que la región de Nagasaki sirvió como puerta de entrada de Japón para el intercambio con países extranjeros y como lugar donde los misioneros se establecieron a partir de la segunda mitad del siglo XVI, la gente de la región pudo recibir la asistencia directa de los misioneros durante un largo período de tiempo, y como resultado, las comunidades católicas se arraigaron más firmemente allí que en cualquier otro lugar de Japón. En este contexto, incluso después de que Japón prohibiera el Cristianismo en el siglo XVII y no se permitiera que ni un solo misionero permaneciera en Japón, algunos católicos de la región tuvieron que mantener su fe y pequeñas comunidades religiosas por sí mismos, convirtiéndose en “Cristianos Ocultos”.
Los Cristianos Ocultos sobrevivieron como comunidades que formaban pequeñas aldeas situadas a lo largo de la costa o en islas remotas a las que los cristianos ocultos emigraron durante la prohibición del Cristianismo. Los Cristianos Ocultos dieron lugar a una tradición religiosa característica, aparentemente vernácula, que mantuvo la esencia del Cristianismo, y sobrevivieron continuando su fe durante los dos siglos siguientes.
Los bienes, como conjunto de los 12 componentes diferentes, proporcionan una clara comprensión de la tradición de los Cristianos Ocultos.  Este patrimonio es, pues, un testimonio de la manera en que los Cristianos Ocultos mantuvieron su fe durante la prohibición del cristianismo. Como testimonio del inicio, la formación, la transformación y el fin de esta tradición  única alimentada durante la larga prohibición del Cristianismo, estos bienes tienen un Valor Universal Excepcional.

Justificación de los criterios

Para que un bien sea considerado de valor universal excepcional, debe cumplir uno o más de diez criterios. Los criterios relativos a los bienes del patrimonio mundial, tal como se especifican en las Directrices Prácticas, son los siguientes:
i) representar una obra maestra del genio creador humano;
ii) exhibir un importante intercambio de valores humanos, a lo largo del tiempo o dentro de un área cultural del mundo, sobre la evolución de la arquitectura o la tecnología, las artes monumentales, la planificación urbana o el diseño paisajístico;
iii) dar testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización viva o desaparecida;
iv) ser un ejemplo destacado de un tipo de construcción, conjunto arquitectónico o tecnológico o paisaje que ilustre una o varias etapas importantes de la historia de la humanidad;
v) ser un ejemplo destacado de asentamiento humano tradicional, uso de la tierra o uso del mar que sea representativo de una cultura (o culturas), o interacción humana con el medio ambiente, especialmente cuando éste se ha vuelto vulnerable debido a los efectos de un cambio irreversible;
vi) estar directa o concretamente asociados a acontecimientos (ceremonias) , tradiciones vivas, ideas, creencias, u obras artísticas y literarias de importancia universal excepcional. (El Comité considera que este criterio debería utilizarse preferiblemente junto con otros criterios).


* Los criterios de (vii) a (x) se utilizan para bienes naturales y no relacionados con los bienes culturales. Por lo tanto, no se muestran aquí.

Criterio (iii)

Estos bienes son  un testimonio único de la tradición religiosa característica  que nutren los Cristianos Ocultos de la región de Nagasaki mientras continuaban en secreto su fe cristiana durante la prohibición del Cristianismo.

La tradición religiosa única de los Cristianos Ocultos, desde su origen y formación mientras transmitían secretamente la fe cristiana por sí mismos durante la prohibición, hasta la nueva fase posterior al levantamiento de la prohibición del Cristianismo y la consiguiente transformación hacia el final de la tradición, está bien demostrada en los 12 componentes.

Integridad

En las Directrices Prácticas se define la "integridad" como a continuación se indica.
La integridad es una medida de la totalidad e integridad del patrimonio natural y/o cultural y de sus atributos. El examen de las condiciones de integridad, por lo tanto, requiere la evaluación de la medida en que los bienes:
a) incluyen todos los elementos necesarios para expresar su Valor Universal Excepcional;
b) tienen un tamaño adecuado para asegurar la representación completa de las características que transmiten la importancia de los bienes;
c) sufren de efectos adversos de desarrollo y/o negligencia.

Los bienes constan de 12 componentes, todos los cuales dan testimonio de la singular tradición de los Cristianos Ocultos que practicaron en secreto su fe cristiana en la región de Nagasaki  a pesar de la prohibición del Cristianismo. Estos 12 componentes no sólo incluyen todos los elementos necesarios para expresar el Valor Universal Excepcional de los bienes, sino que también tienen un tamaño adecuado y se encuentran en buen estado de conservación.
Se han tomado medidas de protección rigurosas y completas para cada uno de los componentes, de conformidad con todas las leyes y reglamentos nacionales pertinentes, incluida la Ley de Protección de los Bienes Culturales. Dentro de las zonas de amortiguamiento de los bienes, la Ley de Protección de los Bienes Culturales, así como la Ley de Paisaje y otras leyes y reglamentos pertinentes, ofrecen una protección adecuada. Por lo tanto, los bienes no adolecen de ningún efecto adverso de desarrollo o negligencia, y se han conservado eficazmente junto con el paisaje circundante.

Autenticidad

El requisito de “Autenticidad” es una expresión original y auténtica de los bienes. Se requiere que los bienes conserven las condiciones originales de "forma y diseño", "materiales y contenido", "uso y función", "tradiciones, técnicas y sistemas de gestión", "ubicación y lay-out", "idioma y otras formas de patrimonio inmaterial", "espíritu y sentimiento" y "otros factores internos y externos". La reconstrucción sólo es aceptable en circunstancias excepcionales sobre la base de una documentación completa y detallada y en ningún caso a base de conjeturas.

Cada componente de los bienes mantiene un alto grado de autenticidad basado en las características seleccionadas según su naturaleza. Cada aldea posee un alto grado de autenticidad basado en sus características  de “forma y diseño”, “uso y función”, “tradiciones, técnicas y sistemas de gestión”, “ubicación y ambiente” y “espíritu y sentimiento”. El componente, “Restos del Castillo de Hara”, ha perdido su autenticidad relacionada con el “uso y función”, ya que se trata de un sitio arqueológico, pero conserva un alto grado de autenticidad con respecto a las otras características. La Catedral de Oura y la Iglesia de Egami en el aldea de Egami de la isla de Naru poseen un alto grado de autenticidad en términos de “materiales y sustancia” desde el punto de vista arquitectónico, además de otras características.

Requisitos de protección y gestión

Las Directrices Prácticas estipulan que "la protección y gestión de los bienes del Patrimonio Mundial deben garantizar que su Valor Universal Excepcional, así como las condiciones de integridad y/o autenticidad en el momento de la inscripción, se mantenga o aumente con el tiempo".

No solamente los bienes sino también las zonas de amortiguamiento están debidamente conservados en virtud de diversas leyes y reglamentos, entre ellos el de la Ley de Protección de los Bienes Culturales. Además, los municipios pertinentes han propuesto un “Plan General de Conservación y Gestión” con miras a salvaguardar el Valor Universal Excepcional de los bienes en su conjunto. Como marco para la ejecución de este plan, han organizado un “Consejo de Conservación y Utilización del Patrimonio Mundial” en cooperación con los propietarios de los componentes y otras partes interesadas. El Consejo funciona para la protección, mantenimiento y utilización adecuadas de los bienes. El Consejo recibe orientaciones de expertos que pertenecen a un Comité Académico del Patrimonio Mundial de Nagasaki, así como de la Agencia e Asuntos Culturales, que es el principal organismo encargado de la protección de los bienes culturales del Japón.

UNESCO